Molesto, el joven llevó una mano a su bolsillo y escarbó dentro. Nada. Volvió la cabeza hacia quien le hablaba y se encontró con una muchacha de cabello largo y ojos negros, grandes. Ella le devolvió la mirada y ambos jóvenes permanecieron mirándose fijamente a los ojos por un rato. La joven denotaba tranquilidad en su rostro, sin embargo él, aunque trataba de forzar una expresión neutral, se sentía extrañamente incómodo. No sabía si esta rara sensación se debía al hecho de no tener dinero para pagar la cuenta o a la presencia de la desconocida.
-No tienes dinero... ¿verdad?- habló la joven. -Lo siento... Supongo que tendré que lavar los platos esta tarde...- dijo el muchacho intentando bromear. -Entra- la chica se volvió hacia la puerta trasera y dio un par de pasos acercándose a la entrada- Sígueme, te llevaré a la cocina y le pagarás a Paul con la loza-. -¡Espera!- al grito del joven ella se detuvo- ¿Puedo pagarte dentro de esta semana?-.
Ella dudó. Lo observó detenidamente y levantó una ceja. El tipo no tenía más de dieciséis años, un jovenzuelo como ella. Estudiaba, claro estaba, llevaba uniforme y bolso. Era obvio que no tenía trabajo remunerado y se notaba que no era precisamente un burgués. Sumando todas estas variables, la joven tenía serias dudas de que pudiese pagarle esa semana. Serias dudas de que fuese a pagarle algún día.
-No creo que sea una buena idea- dijo con desconfianza. -Vamos. Hablaré con tu jefe, si quieres te doy un interés-. -No quiero tu dinero- respondió ella, ofendida- Sólo evito tener problemas a causa tuya-. -Perdona...-.
Un prolongado silencio hizo resonar las palabras del muchacho.
-Ya, si tanto insistes acepto. Pero si no me pagas de aquí al próximo viernes iré a cobrarte la cuenta a tu colegio- echó un vistazo al uniforme escolar del muchacho. Luego sacó una hoja y un lápiz- Dame tu nombre-. -Philippe Lenoir, dieciséis años... soltero-. -Me bastaba con tu nombre- dijo ella, escribiendo rápidamente. -La información de más me da derecho a conocer la de quien está frente a mi-. -¿Qué?- exclamó nerviosa. -Te dije mi nombre y mi edad. Mínimo que me digas los tuyos también-.
La muchacha se guardó el papel y el lápiz en el bolsillo, fingiendo no haberlo escuchado.
-¿No responderás-. -Si tanto te interesa saberlo tengo dieciséis años también-. -¿Tu nombre?-. -Aimée... Aimée Neveu-. -¿No estudias?-. -Claro que si. Pero en la escuela pública-. -Extraño, yo estuve allí en mi infancia y de repente me doy una vuelta por ese lugar, pero no te había visto nunca-. -¿Si?. Pues para que veas que además de adolescentes que se divierten con la pandilla de amigotes en restaurantes baratos, hay quienes tienen que sacrificar su tiempo y energías por una mierda de sueldo-. -Perdona, no fue mi intención ofenderte-.
La joven clavó la vista en el suelo, avergonzada.
-No, discúlpame tú a mi-. -¿Sucede algo?-. -¿Cómo dices?-. -Te pregunto que... si acaso estás bien-.
Aimée retrocedió un par de pasos. Como respuesta, Philippe avanzó unos cuantos hasta quedar justo frente a ella.
-Yo creo que mejor entremos o Paul me matará. Yo te prestaré dinero mientras tanto- la muchacha se apartó y comenzó a avanzar a paso ligero hacia una de las puertas traseras del restaurante. -¡Espera!... ¿Cuándo volveremos a vernos?-. -Quizá el miércoles, iré a cobrarte- Aimée entró con velocidad a la cocina cerrando la puerta tras ella. Philippe no pudo contener un suspiro. -Con que el miércoles... ¿eh?. Ahí veremos-.
Rodeo el restaurante por la derecha hasta llegar al frontis, en el momento que un bus paraba a la señal de una anciana de abrigo gris, que cargaba unos paquetes envueltos en papel. Philippe subió al vehículo tras ella y se sentó en el último asiento. El bus partió, alejándose del restaurante por la autopista ara perderse en la laberíntica ciudad.
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Cuarta Parte... cortita =) Así como para actualizar esta cosa xD!!
Saludos ^^
Mood: Satisfecha ~.~ Listening: Linkin Park - Don't Stay ♪♫
Se rompió el silencio a las 8:43 p. m.
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