Por alguno de esos juegos del destino, o simplemente porque yo te mandé hasta aca, has caído en A Midnight Whisper, el blog de un alma inadaptada que vaga eternamente por la faz del planeta Tierra y que aún se esta buscando a si misma en medio de un mundo adverso.


Advertencia: En este blog yo escribo lo que se me dé la gana y lo escribo como quiero. Por eso, existen contenidos que podrían no ser del agrado de algunas personas cerradas de mente o intolerantes a ciertas cosas. Si este es tu caso, mejor dale al botón X en el extremo superior de la ventana y ahórrate un trauma mental. Si tienes ganas de seguir adelante, al menos auspiciate con un comment o un mensajito en el tagboard ^^



Who am I?: Gazlene.
A.k.a: Gaz, Uriko, Uko, Ukosha, Makoska, Makosha, Makota.
Cumpleaños: 7 de Diciembre.
Sexo: Mujer
Estado Civil: Comprometida.
Nacionalidad: Chilena

Ocupación: Estudiante Universitaria.

Gazlene es sinónimo de: alegre, risueña, loca, analítica, lógica, directa, racional. Aunque también puede ser sinónimo de sarcástica, irritable, rencorosa, irónica, floja, algo despistada y a veces impulsiva.
Me gusta la música, los días tranquilos, los reflejos en el agua, los kaleidoscopios, las pantallas de cristal líquido, los atardeceres, las tormentas eléctricas, las varas de incienso, los hospitales y el dueño de este blog *-*
No me gustan las sonrisas huecas, la discriminación, el libertinaje, el egocentrismo y otras cosas que no vale la pena nombrar.

Sagittarius is symbolized by the archer. Your ruling planet is Jupiter and your element is fire. Sagittarius has an aptitude for honesty, sometimes to a fault. You like the simple things in life. You can be extremely stubborn and you have a tendency to say too much. You set very high standards for yourself and others and can sometimes be unreasonable. You also can sometimes have trouble learning from your mistakes. Your best love matches are Gemini, Aries, Taurus, and Virgo.

Nya~ :3




Now....

11/04/2009 - 23.20 hrs

+ Current Location: Mi casa o.o
+ Current Mood: Aburrida x___x
+ Currently Wishing: Estar con mi KuruKuru >///< y flojear =w=
+ Currently Troubled By: Anato y Química.
+ Currently Loving: A mi Rorro *¬* la CocaCola y mi layout nuevo xD!
+ Currently Hating: Lo FOME de este fin de semana de mierda ¬¬
+ Currently Listening: Nirvana - Frances Farmer Will Have Her Revenge On Seattle




+ Aprender a hacer layouts
+ Terminar el colegio.
< + Más de 700 puntos en la PSU o_ó --> 718 puntos ponderados baby n.~
+ Tener un título profesional.
+ Teñirme el pelo lila o rojo cuando salga de 4to.
+ Otro aro en la oreja izquierda.
+ Un aro en el ombligo.
+ Un pasaje a Moscú.
+ Un pasaje a Tokyo.
+ Viajar al extranjero yo sola.
+ Aprender a editar bien.
+ Hacer desaparecer la marca de guerra.
+ Conquistar el mundo [xD]
+ Comprar:
- Una Cámara digital de 6x o más.
- Un Ipod o MP4.
- Un notebook.
- Alguna consola para matar el tiempo.
- Otro celular xD de puro jugo.



Concepcion Bell Tower (AKA Campanil) - By Makoska ^^


Este campanil fue hecho totalmente por mi ^^ Es MIO y sólo MIO
NO TOCAR SIN MI PERMISO






+ Fotolog



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Fuck 'em all!


botellas con almas.



-¡Philippe, espera!- exclamó Aimée, algo agitada.
-¿Qué pasa?- susurró su compañero.

Hubo un silencio. Ambos jóvenes se miraron a los ojos.

-¿Cuánto tiempo nos queda?-.

Philippe ladeó la cabeza, molesto. Se separaron, el muchacho encendió un cigarro mientras Aimée quedó acostada boca arriba, mirando fijamente las figuras que formaba la luz que entraba a través de la cortina en el techo.

Veinte horas y quince minutos...

-¿Tanto te importa, Aimée?-.
-Por supuesto. Si voy a morir quiero pasar el tiempo que me queda haciendo algo más productivo que esto-.

Philippe aspiró por largo tiempo el cigarro y se tomó su buen tanto para botar el humo. Suspiró.

-¿Cómo qué, por ejemplo?-.

Aimée se acercó a él, tomó el cigarro que Philippe fumaba y se lo llevó a la boca. Aspiró y botó el humo un par de veces en silencio. El joven la miraba sin hablar. Poco a poco una nube grisácea fue impregnando la habitación. Cuando el cigarrillo iba a consumirse completamente, Aimée lo llevó hasta la mesa de noche y lo aplastó contra la madera.

-Si a fumar te referías, entre nicotina y oxitocina no hay por donde perderse, que quieres que te diga-.
-¿Nunca has visto películas?, faltaba un cigarrillo para el después- soltó una risita traviesa -Quien sabe si puede ser el último-.
-El último, y tú me lo quitas- Philippe hizo una mueca de disgusto.
-Hay más sobre la mesa de la televisión. Si no me equivoco queda la mitad-.

Philippe se levantó de la cama y se puso un par de shorts que habían quedado abandonados en el suelo, camino hasta la mesa de la TV y sacó del lado una cajetilla. Cuando la abrió se percató que adentro no quedaba más que un cigarrillo. Prefirió guardar silencio y dejó la cajetilla en su lugar. Se acercó a la ventana y abrió las cortinas para dejar salir la cargada atmósfera de tabaco que habían dejado, dejando entrar también la poca luz que quedaba de aquel día que terminaba. El cielo presentaba un color anaranjado, salpicado de nubes rojizas. Philippe se quedó de pie junto a la ventana, apoyándose en el marco, contemplando el atardecer. Aimée se acurrucaba entre las sábanas de aquella desordenada cama de dos plazas, abrazando la almohada, y miraba el paisaje a lo lejos.

-Hermoso atardecer ¿no?-.
-Bellísimo. Lástima que queden pocos atardeceres para la humanidad-.
-Podría ser el último atardecer. Y el definitivo-.

La muchacha se levantó, cubriéndose el cuerpo con una sábana que quitó de la cama. Se dirigió hacia la ventana y se ubicó junto a Philippe. Ambos miraban el cielo en silencio.

-Yo siempre quise morir en mi cama, con varios años encima, mientras dormía una siesta después de una comida-.
-Yo siempre creí que iba a morir sola, en la cama de algún hospital-.

Aimée suspiró con pesar. Luego hubo una larga pausa.

-Para mí, eso de la muerte tranquila no existe-.
-Aimée...-.

La joven bajó la vista.

********
-¡Basta!... ¡Esto ha sido demasiado!-.

Los gritos de una mujer acompañados de sus pasos cortos y rápidos contra el suelo agitaban el corazón de una pequeña, que observaba la situación desde el comedor. Estaba sentada en silencio, tratando de concentrar la atención en su plato de sopa de letras. Escribía una y mil veces su nombre en el plato, además de los nombres de sus padres, amigos y otras palabras incoherentes. A la voz de su madre se sumaba una voz grave, masculina, además de los golpes que éste daba a la puerta, la pared, entre otros objetos.

-¡Estoy cansada de que me trates como si fuera de tu propiedad!... ¿tú crees que yo no tengo sentimientos?-.
-¿De que sentimientos me hablas?... cuando eres incapaz de mostrarme alguna actitud de aprecio, después de todo lo que he hecho por ti-.
-Si, claro...- contestó su esposa, sarcástica – No sabes cuanto te agradezco que me hayas engañado con otra mujer. Pero se acabó. No seguiré soportándolo más. Vete a vivir con esa puta, o búscate otra si quieres. Dos, tres, cuatro, mil quinientas... no me importa. Pero no me pidas nada más a mi, porque me cansé de tener que tragarme la rabia que siento cada vez que me humillas, cada vez que me tratas como servidumbre y cada vez que tienes un problema y llegas a descargarte con tu familia... ¡Se acabó!-.

Su marido la tomó por las muñecas con violencia, forzándola a mirarlo a los ojos.

-¡A ver, Juliette... basta!. No puedes llegar y echarme a la calle porque esta casa es mía, porque esta es mi familia y porque tú eres mi mujer-.

Dicho esto soltó las muñecas de su esposa y la golpeó en el rostro. La mujer cayó sobre una cama. La niña que estaba en el comedor se tomó la cabeza con las manos cubriendo sus oídos, tratando de escapar del ruido infernal de aquella violenta discusión que, pese a estar acostumbrada a oir, esta vez se había prolongado e intensificado más de lo normal.

-Basta... basta por favor...- murmuró para si misma.

Gritos, golpes y un disparo. Silencio.

-¿Mamá, papá?-.

La pequeña se levantó de su silla, aterrorizada. Caminó lentamente hasta la habitación de sus padres. Se asomó por el umbral de la puerta casi sin respirar. En la gran casa de dos plazas, además de ropa tirada, cojines y objetos de todo tipo, yacía su madre acostada boca arriba. Tenía el pecho perforado por un impacto de bala, las ropas enrojecidas por su propia sangre, manchando el cobertor. Sus ojos abiertos como platos, eternamente fijos y la boca entreabierta, como si hubiese tenido algo que decir antes de morir. Sus mejillas seguían húmedas, llenas de magulladuras. Sentado junto a ella estaba su padre, mirando fijamente al suelo. Tenía la camisa salpicada con sangre y en las manos sujetaba una pistola calibre 45. La niña se conmocionó, de sus ojos escaparon lágrimas.

-¡Mamá!-.

Su padre levantó la cabeza y la miró fijamente. La pequeña se llevó las manos a la boca y lo miró a los ojos, presa del miedo.

-Aimée... lo siento...-.

El hombre se llevó la pistola a la cabeza, presionando el cañón contra su sien derecha, y apretó el gatillo. La pequeña Aimée se quedó muda, asustada, conmocionada y sola.

********

Philippe observó en silencio a su compañera. Aimée dejó escapar un suspiro antes de llevarse una mano a la cabeza.

-Mi madre me contaba cuando yo era niña... que ella quería morir en su cama, rodeada de hijos y nietos, en paz. Mi padre no se lo permitió-.
-Lo siento, Aimée-.
-Después de la muerte de mis padres estuve seis meses en el hospital... amarrada en una cama, llamando a mis padres, murmurando tonterías, gritaba por las noches. Cada vez que sentía un ruido demasiado fuerte, entraba en pánico... lloraba. Llegaban enfermeras de todos lados a tratar de controlarme. Terminaban por inyectarme algún sedante, así lograban tranquilizarme. Muchas veces pensé que moriría allí encerrada. Deseaba que algún día los doctores se equivocaran, que me inyectaran más sedante del necesario, así podría descansar-.

Ambos jóvenes se quedaron en silencio. Philippe la abrazó con fuerza y le besó la frente. Luego se marchó por unos segundos, regresando con un vaso de agua, el cual ofreció a su compañera. Aimée tomó un sorbo, luego prosiguió.

-Estuve a punto de volverme loca. Luego de un tiempo en el hospital logré aceptar el hecho de que era huérfana, que mis padres habían muerto de aquella forma, y salí de allí. Me llevaron con mis tías, quienes trataron de darme la mejor vida posible, me entregaron su cariño y su comprensión. Luego comenzaron a nacer mis primos, yo tenía alrededor de 11 años...-.

Aimée sollozó, dejando salir unas pocas lágrimas. Philippe la rodeó con un brazo y le acarició una mano. La joven tomó un largo trago de su vaso de agua.

-El solo hecho de ver a mis primos tan felices con sus familias me partía el alma. Me llené de pena y de rabia. Pero mis primos no tenían ninguna culpa, tampoco mis tías, que me lo habían dado todo para tratar que yo fuera feliz, así que decidí partir y dejar de ser una molestia para ellos. A los dieciséis años dejé la casa y comencé a trabajar en un restaurante-.

Aimée tomó agua otra vez hasta terminar el vaso, que dejó en el suelo.

-Y ahí fue cuando te conocí- agregó Philippe, abrazándola.

La joven enmudeció, lo abrazó y le besó una mejilla.

Veinte horas y cincuenta y dos minutos.

-----------------------


La segunda parte UP!
xD

Mood: Somnolienta =___=
Listening: Paramore - Misery Business

Se rompió el silencio a las 1:02 a. m.

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La tenue luz solar iluminaba progresivamente la oscura habitación a través de las cortinas que colgaban frente a la ventana abierta, la cual dejaba entrar una suave brisa que aminoraba el intenso calor de verano que podía sentirse, incluso de madrugada.

Una mano se movió entre las sábanas de una gran cama desordenada. Corriéndolas de tal modo que su cabeza quedáse descubierta, ordenando improvisadamente con los dedos su larga cabellera, quitándose algunos mechones rebeldes del rostro. Estiró el brazo hacia la pequeña mesa de noche para tomar el reloj despertador. Aún con la vista nublada por el sueño, le echó un vistazo.

Dieciocho horas con cuarenta y siete minutos...

-Dieciocho horas con cuarenta y siete minutos- murmuró en la oscuridad.

Una sombra se movió lentamente junto a ella, incorporándose para quedar sentada. Se llevó los brazos a la cara, restregándose los ojos y bostezó levemente.

-¿Qué dijiste?- le preguntó con una voz grave.
-Son casi diez para las siete de la tarde-.

Silencio. El joven echó un vistazo a las cortinas, que apenas dejaban pasar lo poco y nada que había de luz diurna. Luego dirigió la mirada al reloj despertador que su compañera tenía en las manos, que marcaba la hora con grandes números rojos.

-Créeme que si no estuviéramos viviendo en el mundo en que estámos ahora, te diría que tiraras esa porquería-.

La joven suspiró con pesar. El muchacho se acercó lentamente, rodeándola con un brazo.

-¿Veinticuatro horas, Aimée?-.
-Tal vez menos... quien sabe si en una hora más-.

El muchacho la atrajo hacia sí y le besó la mejilla. Aimée cerró uno de sus ojos, mientras que con el otro mantenía la vista fija en el reloj. Dieciocho horas y cuarenta y nueve minutos. Algo le cubrió la vista... el joven esta vez la abrazó y la besó en los labios. El reloj cayó al suelo y rodó hasta quedar abandonado bajo la cama, marcando las dieciocho horas y cincuenta minutos.

~~~~

-Basta, Philippe... No puedo... de verdad-.

Aimée se apartó con suavidad y se sentó nuevamente en la cama, abrazando la almohada. Su compañero la observó, suspirando resignado.

-¿Qué pasa?-.

La joven se llevó ambas manos al rostro.

-Perdóname, Philippe... -.

Philippe le tomó una mano y la sujetó entre las suyas. Aimée lo miró a los ojos.

-¿Te parece si vemos televisión?-.
-Está bien...-.

Philippe tomó el control remoto, que se encontraba en la otra mesa de noche, y encendió la televisión. En la pantalla apareció una mujer sentada en un mesón vestida de riguroso gris. Tenía el cabello claro y corto hasta los hombros. Tras ella se veía una pantalla que mostraba la imagen de un cielo rojizo cubierto con algunas pocas nubes de color salmón y cruzado por numerosos cometas de reducido tamaño que iban dejando estelas de fuego. Bajo aquella bóveda escarlata se apreciaba una gran ciudad, que se veía pequeña si se veía al lado de aquel impresionante cielo, cuyas características rompían con todos los esquemas que representaban lo normal.

-Ya muchas naciones alrededor del mundo han sentido en carne propia la magnitud de la lluvia de cometas que no ha dado tregua al planeta Tierra en las últimas horas. Se registró la caída de miles de rocas espaciales en lugares como Estados Unidos, ambas Coreas, Japón, Inglaterra, Finlandia, Suecia, Noruega, Rusia, China y Canadá, y en este preciso momento caen asteroides sobre el Hemisferio Sur, citamos las regiones de Australia, Sudáfrica y Sudamérica.

Aimée apretó con fuerza la mano de Philippe. Éste acarició su mejilla y le besó la frente.

-Muchas de estas rocas han caído en el mar provocando maremotos y la subida del nivel del mar, que traen como consecuencia numerosas inundaciones y la desaparición de algunas islas. Ya casi no queda nada de lo que hasta hace pocas horas fue la Polinesia, Melanesia y otras regiones de Oceanía. ¿Es éste el fin del mundo?, ¿encontrará la humanidad su muerte en las próximas horas?-.

Al notar que su compañera evitaba mirar la pantalla, Philippe apagó la televisión. La oscuridad volvió a apoderarse del cuarto.

-Que ridículos son los noticiarios. Todos sabemos que vamos a morir, no le veo el gusto a seguir recordándoselo a las personas. Es más, dudo que alguien esté viendo televisión en este momento...-.

El sonido de un disparo la interrumpió. Un objeto pesado cayó bruscamente en el piso superior. Después de eso un silencio sepulcral. Aimée bajó la vista, desapareciendo de su rostro toda expresión.

-¿Que demo...?-.
-Arriba- lo interrumpió Aimée.
-¿Como dices?- se extrañó Philippe.
-Ophelie. Se suicidó-.

Ambos se miraron en silencio. Al notar la expresión sorprendida de su compañero, Aimée aclaró:

-Su mayor temor era morir de alguna forma espantosa-.
-Pero... ¿así?-.
-En otros tiempos lo habría desaprobado, me sentiría pésimo por ella, pero en estas circunstancias es una buena opción... incluso me alivio por Ophelie-.

Aimée clavó la vista en el frasco de fármacos que reposaba en la mesa de noche. Lo tomó entre las manos y observó la etiqueta.

"Advertencia: La ingesta de este compuesto por sobre la dosis indicada puede ocasionar graves complicaciones e incluso la muerte. Mantener fuera del alcance de los niños."

-Tal vez... Ophelie tenga razón, tal vez sea lo menos complicado-.

Aimée observó a Philippe. Él estaba completamente conmocionado.

-¿Que sucede?- preguntó asustada.
-¡Y aún me lo preguntas!- el joven golpeó las manos de su compañera, lanzando lejos el frasco de medicamentos, el cual se destapó dejando escapar varias pastillas que se esparcieron sobre las frías baldozas del suelo -¿Crees que te dejaría hacer una cosa así?-.
-Philippe, en pocas horas...-.

El muchacho alzó la voz.

-¡No me importa si son pocas horas, un día entero, el resto de mi vida o diez minutos!...-.

Aimée se echó hacia atrás, asustada. Philippe la tomó por las muñecas, quedando ambos de rodillas sobre el colchón. Él la miró fijamente a los ojos y casi gritándole continuó:

-... El tiempo que me reste, da igual si es mucho, o es la nada misma... quiero pasarlo contigo, Aimée-.

Aimée enmudeció. Bajó la vista y dejó escapar un suspiro. Philippe la soltó y sujetando la cara de la joven pudo notar que estaba llorando.

-Perdóname... soy un idiota. No debí haber...-.
-No, Philippe. Perdóname tú. Soy yo la idiota que piensa en estupideces, soy yo la cobarde que no quiere enfrentar su destino, soy yo la ciega a la cual no se le pasó ni por la antesala del cerebro que pese a todo el temor que sienta, en el fondo lo único que quiere es estar junto a ti... y soy yo la egoísta que busca escaparse sola, sin pensar en lo que suceda contigo si yo termino por matarme-.

Aimée abrazó la almohada y rompió a llorar. Philippe se le acercó y le acarició un hombro.

-Philippe...- dijo de repente la chica, cuando logró calmarse.
-¿Uhm?- preguntó.

La joven lo miró fijamente a los ojos.

-Aún me amas, ¿cierto?-.
-Sabes que sí, Aimée-.

Philippe la abrazó y la besó casi tan rápido como terminó la última frase. La muchacha cerró los ojos y se dejo llevar. El viento mecía las cortinas, a lo lejos se oía el ruido de un tren moviéndose a toda velocidad sobre los rieles, cruzando de un extremo a otro la gran ciudad, condenada a muerte.

Diecinueve horas y treinta y cinco minutos...

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Wii~ Por fin me llegó la inspiración xD!! Aunque no está completa...
¿Creían que eso era todo?. Pues se han equivocado, amigos míos... aún faltan horas en este cuento xD
No sé que más escribir .__.U Me come la emoción... estoy inspirada de nuevo... puedo escribir *¬*
*música de triunfo*
xD!!

Ya me dejo de estupideces... Ojalá les haya gustado ^^

Mood: *¬*
Listening: Linkin Park - Hit The Floor

Se rompió el silencio a las 8:56 p. m.

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Me rompí el labio... y lo estúpido es que fue daño autoinferido xD!.
Cosas de la vida, pero estaba tan entretenida tironeando mi boca mientras leía noticias que no me alcancé a dar cuenta cuando estaba sangrando T-T
Así que mientras escribo este aburrido y cotidiano post con la diestra, la zurda sostiene una compresa de hielo que me puse sobre la herida (y viceversa) xD!

Bueno, que más puedo contar, además que estos últimos días me he convertido en un monumento a la vagancia, al ocio y a quien sabe que más. Eso sí, lo que va de este verano ha sido mucho más productivo que veranos anteriores, que han sido una verdadera mierda casi en su totalidad. Odio el verano porque la temperatura sube, pero más lo odio porque hay días o incluso semanas en la que el mejor panorama es mirar el techo. Vacaciones monótonas que al llegar a marzo parecen no haber existido nunca.
Estos días de enero han sido de alguna forma, diferentes. He logrado poner en orden algunos asuntos que durante el 2007 eran un verdadero caos metido en mi cabeza (o al revés), además de que tengo más o menos claro hacia donde quiero ir. ¿Madurez?, quien sabe, no soy yo la persona más indicada para decirlo.

Ahora, como para terminar con algo random, un balance al 2007 traducido en una escala de notas chilena...

Salud: 6.5
Dinero: 6.1
Amor: 4.9
Aspecto Académico: 6.0
Estabilidad Emocional: 4.8
Promedio 2007: 5.7
Casi un 6.0 =) Sólo me baja el amor y la estabilidad emocional xDDD!! Al menos no tuve ninguno rojo .-.U

Pasando a otro tema tomé varios test hoy para pasar el ocio, entre ellos:

+ El Test de Supervivencia a una invasión de Zombies [?]. No seré Jill Valentine, pero el resultado fue el siguiente:

69%

¡Asi es! Tengo un 69% de probabilidad de sobrevivir en una ciudad como Raccoon City xD!. Aunque nunca me haya podido dar vuelta el Resident Evil, tengo opciones de salir viva de un cataclismo de esa envergadura xDD!!

::Clic aquí para tomar el test (en inglés)::

+ ¿Cuánta gente murió el día en que nací?



Traje la desgracia a este mundo xD!!

::Click aquí para tomar el test (en inglés)::

Y termino de una vez con este post, uno de los cuantos más que hay en los archivos del blog a los cuales yo les llamo 'post basura' o 'post de relleno'. No me ha llegado la inspiración aún como para escribir algo decente. Empezamos mal el 2008 en ese sentido .-.

Mood: Adolorida (tengo el labio roto xD)
Listening: Sonata Arctica - Victoria's Secret♪♫

Extra: Aunque no acostumbro hacer esto en mi blog, no puedo dejar de enviar saludos a Suguru! :D gracias por los comments en mis ultimos posts xD, por dejarme hacerte un layout *¬* y por tu gran paciencia por todas las veces que haz tenido que cambiar el código por mi culpa n_nU xD!
Y saludos a Kuruta... él sabe por qué...

Se rompió el silencio a las 4:51 p. m.

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