ADVERTENCIAS: Gore, Horror.
La primera parte es tan solo un juego de niños comparado con la segunda. Si "La cancion" afecto tu sensibilidad, no te recomiendo que leas la segunda parte.
El fin de la cancion
Hicieron falta dos tazas de cafe y varios tranquilizantes para calmar a aquel pobre suplementero que llego al Dpto. 204 y al no oir respuesta, forzo la cerradura. Lo que vio no lo olvidaria en su vida, la señora Mirta, aquella amable mujer a quien le llevaba el diario todos los dias, yacia en el piso, muerta en medio de un charco de sangre, con sus ojos eternamente blancos y abiertos. Una vecina se acerco debido al escandalo y entonces llamo a la policia. Ellos retiraron el cuerpo de la malograda señora y procedieron a tomar declaraciones a la vecina y al suplementero, el cual hablaba agitadamente y solia dar gritos entre sus alteradas frases.
Era al mismo tiempo un dia mas de trabajo para Lucian Luinwen, habia hecho un papeleo monumental antes de que le avisaran que tenia que retirar un cadaver. Presunto homicidio de una mujer. Cuando entro al bloque y llego al segundo piso se quedo de piedra. Debia haber sido muy grave ya que un enloquecido estaba dando declaraciones y una señora esperaba su turno tomando una taza de cafe. El departamento 204 estaba cercado por la policia y solo cedieron ante la orden de retirar a la victima. Lucian entro primero, registrando toda la casa. No habia nada fuera de lo normal, pero al fijarse en la puerta entreabierta del dormitorio principal supo donde estaba la mujer. Entro y lo que vio lo impacto. La victima estaba tirada en el piso, vistiendo solo una camisola de raso, en medio de un charco de sangre que parecía salir solo de sus ojos, nariz y boca. No había ningun indicio de violencia en su muerte. No habia puñaladas, moretones, nada sospechoso. Llamo a los paramedicos, quienes se llevaron el cadaver envuelto en una bolsa plastica. Capto la atencion de Lucian una muñeca que lo miraba sobre la mesita de noche. Tomo la muñeca y sin que nadie lo viera la metio en su maletin. Solo se fijo en un detalle, la muñeca pesaba mucho mas de lo normal.
Por fin termino aquel agitado día, despues de todo, su esposa lo estaría esperando con una cena caliente y sus hijos jamas le habían molestado mucho. Al menos podría relajarse. Abrio la puerta y solto un saludo.
-¿Como estuvo tu dia?- le pregunto una mujer de largos cabellos negros.
-Del asco. Papeleo tradicional y un homicidio de lo mas extraño. Pese a todas las autopsias no habia nada logico que explicara la muerte. Parecia una muerte natural, pero el cuerpo estaba lleno de sangre cuando se retiro del departamento-.
-Estoy segura que saldra en el noticiero. Espero que no sea uno de esos asesinos en serie que se ven todos los dias-.
Entraron dos niños al comedor. El mayor, vestia mitad pijama y mitad ropa, sujetando una revista. La mas pequeña, andaba ya en pijama.
-Papa, hasta que llegaste-.
La mujer se puso las manos en las caderas en señal de molestia.
-¿No les habia dicho a los dos que se fueran a dormir?-.
-Nat, no los reprendas tanto o despues te volveras una mujer odiosa. Además traje algo para Marion-.
La niña salto de felicidad y emocionada tiraba de la ropa de su padre.
-¿Que me trajiste?.Dime, dime dime…-.
Lucian abrió su maleta y extrajo la muñeca.
-Esto es para ti-.
-¡Es muy bonita!¡Y toca musica!- le dio cuerda para que la muñeca reproduciera su dulce melodia. Estaba de verdad contenta con su nuevo juguete, tanto que se fue a la cama con su regalo…
-Mama, hoy no…no quiero ir a la escuela-.
Marion fue encandilada con una luz tenue, pero que fue suficiente para despertarla. Y sus murmullos fueron suficientes para despertar a su hermano.
-Marion, quieres callarte?…son las cinco de la mañana-.
Pero la niña estaba de pie, paralizada ante las cortinas, abiertas de par en par.
-¿Entonces quien abrio las cortinas?-.
El chico la miro molesto.
-Pues es obvio que mama no fue. Seguramente estás sonambula y las abriste tu misma-.
-Lu…tengo miedo-.
-Pues metete en la cama y se te pasara-.
Marion cerro las cortinas y se metio en la cama con su muñeca. Dos minutos despues un ruido la sobresalto.
-¡Marion, has vuelto a abrir las cortinas!-.
-Pero si yo estoy aqui-.
Esta vez fueron los ojos de Lu los que denotaron miedo.
-Marion…si tu no fuiste…y tampoco fue mama…-.
-Tengo miedo- dijo la niña metida bajo sus colchas.
-Es mejor que vayamos a dormir con mama y papa- dijo el chico, pero cuando iban a salir de la habitacion, una melodia repentina casi los hizo saltar. Sobre la cama de la niña, estaba la muñeca, sentada. Sonaba su dulce melodia, pero nadie la había accionado. Y sus ojos parecian de verdad tener vida y mirar fijamente a los niños.
-Marion…vamonos de aquí…Ma…-.
Lu quedo paralizado ante aquella escena. Su hermana menor estaba en cuatro patas, en el suelo y vomitando sangre. Tanta, que su pijama había quedado completamente rojo. La niña levanto la cabeza y su piel parecía estar quemada, su cara estaba totalmente descuerada y sobresalían horriblemente las moradas venas. Sus ojos parecian llorar sangre.
-¡AAAAAAHHHHH!-.
-¡Lu…ayudame!- Marion volvió a vomitar sangre, pero esta vez cayo de bruces, muerta.
-¡MAMAAAAA!- Lu gritaba desesperado mientras sentia que su piel se corroia, sus tripas parecian reventar dentro de su cuerpo y empujaban hacia arriba para salir. Lu escupio sangre y en su estomago comenzó a abrirse, formando una gran grieta en su piel de la cual empezaron a salir sus visceras. Al cabo de unos segundos aparecieron la mujer y su marido. Lucian sencillamente miro a sus hijos, en esa horrorosa situacion, y miro a la muñeca, que lo miraba con esos ojos sadicamente dulces. Sintio que el mundo se le nublaba y cayo al suelo, muerto. Nat dejo escapar un grito de horror y tomo a su hijo, pero apenas tocarlo sintio que la piel se le abria en numerosos tajos, y la sangre comenzo a correr por su piel. Miro a su hijo, ya muerto en el suelo, junto a su hermana y gateando, Nat trato de pedir ayuda, lo ultimo que vio antes que sus ojos reventaran fue su propio reflejo en el gran espejo de su hija, y entonces pudo mirar a traves de el a la muñeca, que en ningun momento paro de sonar. Nat cayo de bruces, ciega, y en pocos instantes se la llevo el desangramiento. La muñeca seguia sonando, y cuando su melodia ceso, cayo al suelo, con el cuello roto.
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