Tengo rabia. Mi cámara digital ha pasado a mejor vida. Ni idea de lo que haya podido pasarle, pero ni siquiera se digna a encender T.T Así que estoy de luto y en campaña para comprar una nueva y barata.
Otra de las cosas que quiero que lleguen es ambas ferias artesanales: de la Laguna Grande y del Parque Ecuador. En la primera, por la posibilidad de adquirir publicidad antigua de Coca~Cola, porque llevo casi dos años diciendo que me comprare una y nunca lo hago por paja más que otra cosa xD!. En cuanto a la feria del Parque Ecuador, pues porque como todos los años espero ansiosamente el stand de artesanía rusa *O* y quiero llevarme una matrioska nueva (la última que compré era chanta y se me perdieron casi todas las piezas) y la petaca con la estrella soviética que siempre miro con deseo pero que nunca puedo comprar por lo caro que está todo T.T Al menos aún conservo mi muñeca rusa intacta ^^
Y se supone que a esta hora debería estar durmiendo para ir al paseo a la Laguna Chica mañana temprano. En fin, lo mejor será que me vaya a dormir.
Mood: Augh... Listening: t.A.T.u - 30 Minut.
Se rompió el silencio a las 3:09 a. m.
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El verano rulea y a la vez suckea xD Rulea porque me levanto y quedo desocupada xD pero suckea porque estar desocupada con 28ºC de calor no es precisamente lo más entretenido del mundo. Cuando quiero salir, pero la sola visión de un sol parado dándome con rabia en la cabeza hace que todas las ganas se esfumen y quiera estar metida en el agua, pensando en nada. Pero cuando estoy en eso empiezo a pensar en la cantidad de cosas que podría estar haciendo en vez de vegetar en una piscina (bueno, este verano en mi cama, porque no pusieron la piscina chica en el patio porque hay obras en mi casa y está lleno de maestros y materiales) y.. bueno, al final no hay donde apuntarle =.= Quiero irme de vacaciones a algún lugar donde hayan muchas cosas que hacer, lástima que no haya plata, no haya compañía y no haya permiso x.x y aunque hubieran las tres cosas, aún no encuentro la ubicación exacta de ese lugar tan entretenido xDDD!! Así es la vida xD!
Mood: Vegetativo. En exceso. Listening: The Beatles - Yellow Submarine.
Se rompió el silencio a las 6:56 p. m.
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¡Que asco! *vomita* Me acabo de dar cuenta que el título de mi blog inserto en el layout es una vil porquería!!!! x__x Y no puedo hacer nada al respecto porque no puedo ocupar el PC de mi casa ¬¬ de hecho esto lo estoy escribiendo desde un cybercafé en el cual NO hay Photoshop ni ningún tipo de programa para editar. ¿En qué demonios estaba pensando cuando hice este layout? Sin duda debo haber estado bajo los efectos de algún tipo de estupefaciente mental de alta potencia xD de otro modo jamás de los jamases lo hubiera puesto allí T-T Apenas mi padre retire su clave de mierda del PC de la casa lo primero que haré será encerrarme a editar esta basura y colgar un layout decente. O cuando me llegue mi supuesto notebook como regalo de licenciatura. A lo que venga primero.
Esa es la otra, ¡estoy licenciada de IVº Medio! *¬* Terminé el colegio y se tacha un deseo más en la wishlist xD! por fin salí de esa jungla conocida como colegio para ir a meterme a otra más enmarañada todavía llamada universidad [?] dependiendo de una prueba que tengo el próximo lunes para la cual todavía me falta estudiar.
Otro de mis posts porquería xD pero se entiende que es uno de esos mensajes que sirven para manifestarle al mundo (si es que aún pasa mundo por aquí aún) que no me he muerto n_nU
Mood: Derritiéndome Listening: Una canción de la Oreja de Van Gogh que tocan en este cybercafé xD
Se rompió el silencio a las 4:24 p. m.
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Necesito recuperar el sueño que perdí, más minutos en el celular y más horas en el reloj. Necesito cortar las distancias, necesito un pasaje de bus, te necesito a ti. Necesito acelerar los segundos y que se detengan cuando quiera descansar. Necesito que se termine. Necesito que empiece algo mejor. Un nuevo ciclo o un interludio. Lo necesito ya!
Mood: Ansiosa @__@ Listening: Nirvana - Very Ape.
Se rompió el silencio a las 1:59 p. m.
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Molesto, el joven llevó una mano a su bolsillo y escarbó dentro. Nada. Volvió la cabeza hacia quien le hablaba y se encontró con una muchacha de cabello largo y ojos negros, grandes. Ella le devolvió la mirada y ambos jóvenes permanecieron mirándose fijamente a los ojos por un rato. La joven denotaba tranquilidad en su rostro, sin embargo él, aunque trataba de forzar una expresión neutral, se sentía extrañamente incómodo. No sabía si esta rara sensación se debía al hecho de no tener dinero para pagar la cuenta o a la presencia de la desconocida.
-No tienes dinero... ¿verdad?- habló la joven. -Lo siento... Supongo que tendré que lavar los platos esta tarde...- dijo el muchacho intentando bromear. -Entra- la chica se volvió hacia la puerta trasera y dio un par de pasos acercándose a la entrada- Sígueme, te llevaré a la cocina y le pagarás a Paul con la loza-. -¡Espera!- al grito del joven ella se detuvo- ¿Puedo pagarte dentro de esta semana?-.
Ella dudó. Lo observó detenidamente y levantó una ceja. El tipo no tenía más de dieciséis años, un jovenzuelo como ella. Estudiaba, claro estaba, llevaba uniforme y bolso. Era obvio que no tenía trabajo remunerado y se notaba que no era precisamente un burgués. Sumando todas estas variables, la joven tenía serias dudas de que pudiese pagarle esa semana. Serias dudas de que fuese a pagarle algún día.
-No creo que sea una buena idea- dijo con desconfianza. -Vamos. Hablaré con tu jefe, si quieres te doy un interés-. -No quiero tu dinero- respondió ella, ofendida- Sólo evito tener problemas a causa tuya-. -Perdona...-.
Un prolongado silencio hizo resonar las palabras del muchacho.
-Ya, si tanto insistes acepto. Pero si no me pagas de aquí al próximo viernes iré a cobrarte la cuenta a tu colegio- echó un vistazo al uniforme escolar del muchacho. Luego sacó una hoja y un lápiz- Dame tu nombre-. -Philippe Lenoir, dieciséis años... soltero-. -Me bastaba con tu nombre- dijo ella, escribiendo rápidamente. -La información de más me da derecho a conocer la de quien está frente a mi-. -¿Qué?- exclamó nerviosa. -Te dije mi nombre y mi edad. Mínimo que me digas los tuyos también-.
La muchacha se guardó el papel y el lápiz en el bolsillo, fingiendo no haberlo escuchado.
-¿No responderás-. -Si tanto te interesa saberlo tengo dieciséis años también-. -¿Tu nombre?-. -Aimée... Aimée Neveu-. -¿No estudias?-. -Claro que si. Pero en la escuela pública-. -Extraño, yo estuve allí en mi infancia y de repente me doy una vuelta por ese lugar, pero no te había visto nunca-. -¿Si?. Pues para que veas que además de adolescentes que se divierten con la pandilla de amigotes en restaurantes baratos, hay quienes tienen que sacrificar su tiempo y energías por una mierda de sueldo-. -Perdona, no fue mi intención ofenderte-.
La joven clavó la vista en el suelo, avergonzada.
-No, discúlpame tú a mi-. -¿Sucede algo?-. -¿Cómo dices?-. -Te pregunto que... si acaso estás bien-.
Aimée retrocedió un par de pasos. Como respuesta, Philippe avanzó unos cuantos hasta quedar justo frente a ella.
-Yo creo que mejor entremos o Paul me matará. Yo te prestaré dinero mientras tanto- la muchacha se apartó y comenzó a avanzar a paso ligero hacia una de las puertas traseras del restaurante. -¡Espera!... ¿Cuándo volveremos a vernos?-. -Quizá el miércoles, iré a cobrarte- Aimée entró con velocidad a la cocina cerrando la puerta tras ella. Philippe no pudo contener un suspiro. -Con que el miércoles... ¿eh?. Ahí veremos-.
Rodeo el restaurante por la derecha hasta llegar al frontis, en el momento que un bus paraba a la señal de una anciana de abrigo gris, que cargaba unos paquetes envueltos en papel. Philippe subió al vehículo tras ella y se sentó en el último asiento. El bus partió, alejándose del restaurante por la autopista ara perderse en la laberíntica ciudad.
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Cuarta Parte... cortita =) Así como para actualizar esta cosa xD!!
Saludos ^^
Mood: Satisfecha ~.~ Listening: Linkin Park - Don't Stay ♪♫
Se rompió el silencio a las 8:43 p. m.
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-Lo recuerdo como si fuera ayer... venía desde mi casa, enfurecido contra mi madre. Llegó ebria a trabajar y la despidieron, ya había quedado cesante unas cinco veces de la misma forma-. Aimée se llevó una mano a la boca, espantada. -¡No me lo habías contado!-. -Disculpa. Sentía mucha pena y vergüenza como para presentarme con algo así. Quizás que impresión te hubieras llevado de mí-. -Philippe...-.
El joven observaba los pocos autos que circulaban por una gran avenida que se divisaba unas manzanas más allá. Aimée guardó silencio. -Verás... tú ya sabes que mis padres no viven juntos, ¿cierto?-. -Lo sé... me dijiste que estaban divorciados-. -No fue así. Es más, mis padres jamás estuvieron casados -.
Ante la mirada desconcertada de Aimée, Philippe prosiguió con su relato.
-Mi padre era un empresario muy conocido allá en el norte. Vivía en el barrio alto, en una casa enorme. Tenía propiedades en todas partes y estaba casado con una mujer de la alta sociedad, con la cual tenía varios hijos. Mi madre no era más que una aventura pasajera para él. No tengo idea de cómo llegó a conocerla, el punto es que ambos iniciaron una relación, de la cual todos estaban enterados, excepto la familia de mi padre-.
Philippe dio un largo suspiro antes de continuar.
-Mi madre quedó embarazada, él la abandonó apenas le dio la noticia. Fue tanto el rencor que sintió ella que llamó ese mismo día a su casa, informándole a la mujer de mi padre de lo que estaba ocurriendo. Mi padre se contactó con mi madre a través de un empleado suyo, amenazándola con meterla a la cárcel si seguía acosando a su familia. Como ya no podía desquitarse con él comenzó a odiarme desde antes que naciera. No abortó ni me dio en adopción precisamente por eso-.
Aimée, conmocionada, se acercó a Philippe y le acarició una mano. Él la rodeó con un brazo.
-Cada vez que podía, me golpeaba, me gritaba. Daba lo mismo si estaba bebida o estaba sobria, los tratos eran los mismos. Me culpaba de lo que había pasado con mi padre, si no nos alcanzaba el dinero también era culpa mía, que yo era una carga para ella, que le estorbaba y que no debería haber nacido nunca. Cuando cumplí cuatro años me envió a una escuela del barrio en la que yo me pasaba días enteros. Era siempre el primero en llegar, ya que apenas amanecía mi madre me echaba a la calle con la mochila, y como a la hora de salida ella no me iba a buscar, me quedaba allí hasta que cerraban, cuando ya estaba de noche. A veces los profesores me iban a dejar a la esquina de mi casa, ya que si llegaban hasta la puerta mi madre los echaba a gritos y luego era yo quien pagaba las consecuencias-. -¿Ellos sabían lo que pasaba en tu casa?- preguntó Aimée, de repente. -Claro que lo sabían. Llegaba todos los días con moretones nuevos. Un par de veces mi madre fue a mi escuela indignada por cualquier estupidez a buscarme. Claro, necesitaba alguien con quien descargar las rabias-.
La voz de Philippe temblaba a ratos. Apretó con fuerza la mano de Aimée.
-Después de pegarme se encerraba en su pieza a emborracharse, o seguir haciéndolo si ya estaba bebida. Cuando se dormía producto de la embriaguez yo aprovechaba de encerrarme en el baño y llorar. Nunca cuando estuviera despierta... o si no era lo más terrible-.
****** -¿Qué pasa?. Ahhh... el pobre Philippe está llorando...-.
Un niño observaba con temor a una mujer alta y rubia, de pelo revuelto. En su mano izquierda sujetaba un vaso lleno hasta la mitad, con la otra se sujetaba de la pared. Tambaleaba, estaba ebria.
-¡Corta tu drama, maricón!...- la mujer tomó al niño asiéndolo del pelo con fuerza y tirando hacia arriba, obligándolo a mirarla a los ojos. -Mamá... me duele...-. -¿Si, te duele?... Llora ahora entonces pues, maricón de mierda. Llora con ganas...-.
La madre empujó a su hijo contra la pared con violencia. El pequeño cayó al suelo. Gritaba. Su madre se llevó el vaso a la boca y bebía mientras lo observaba
-Igual de maricón que tu padre... igual de débil, inútil, patético y cobarde-.
******
Ambos jóvenes permanecieron en silencio. Luego de unos minutos un chirrido agudo rompió la calma. Philippe consultó su reloj de pulsera. Veintiún horas y once minutos. Tanto él como Aimée se extrañaron. Generalmente ese despertador chirriaba cada cambio de hora. Ambos se miraron, Philippe se encogió de hombros. Aimée dejó salir una risita nerviosa.
-Disculpa- dijo de inmediato. -No te preocupes... a mi también me tomó por sorpresa...-.
Philippe se rió. Aimée se acercó a él y lo abrazó.
-Ha sido fuerte-. -¿De que hablas?- preguntó algo extrañado. -Yo me lamentaba por el hecho de que mi familia se despedazara de aquella forma, y a ti te duele el hecho de no haberla tenido jamás. Fue fuerte para mí enterarme de la verdad sobre tu pasado-.
Philippe suspiró. Nadie dijo nada por un largo rato.
-No pensaba contártelo hasta en un tiempo más, cuando estuviera listo, cuando tuviera la seguridad de que no me rechazarías ni me mirarías con malos ojos por venir de donde vengo. Por ser un hijo ilegítimo, de madre alcohólica. Un rechazado-.
Aimée le tomó una mano sorpresivamente. Lo miró a los ojos, Philippe le devolvió la mirada.
-Nadie tiene derecho a juzgarte por la realidad que hayas vivido o por quien seas. Ni yo ni nadie. No todos podemos tener una vida perfecta. Si pudiésemos elegir el lugar y la época donde nacemos, todo sería muy distinto-. -Tienes razón-. -Philippe...-. -¿Dime?-. -Tú... ¿cómo llegaste a saber quien era tu padre si el abandonó a tu madre estando embarazada?-.
Hubo una larga pausa.
-Verás, mi madre durante toda mi vida se refirió a mi padre como “un maricón de vida liviana, nacido en cuna de oro, indolente e irresponsable como él mismo”. Esa era la única información que manejaba sobre él. Durante toda mi infancia quise tener algún contacto con él, pese a todas las cosas horribles que decía mi madre sobre ese hombre. Hasta que un día estaba en clases, cuando tenía unos once años, y la profesora me informó que había un tipo buscando a Philippe Sauviat-. -¿Sauviat?- preguntó sorprendida Aimée. -Sauviat...- respondió Philippe- ...es el apellido de mi madre, Claire Sauviat. Tu me conociste como Lenoir-. -Entonces...-. -Pues...- la interrumpió Philippe, prosiguiendo con el relato-... la profesora me autorizó a retirarme de clases para reunirme con el sujeto que me estaba buscando. Cuando salí hacia el recibidor de la escuela, me encontré con un tipo que no había visto nunca, sin embargo, parecía que le conociera de toda la vida. Jean-Pierre Lenoir, mi padre biológico-. -¿Y que quería contigo a esas alturas?-. -Me sacó a pasear en auto y me explicó quien era, que relación había tenido con mi madre y que la había dejado por temor a perder a su familia legítima... pero no quería dejarme solo con mi madre en las condiciones que ella se encontraba. Me sorprendió mucho, parecía que estuviese enterado de todo respecto a mi madre y a mí. Luego de casi toda una tarde con él, me entregó un sobre y me dijo que lo aprovechara muy bien, y si el veía que estaba dándole un buen uso iba a enviarme otro igual todos los meses. Al llegar a mi casa mi madre estaba dormida, rodeada de botellas de aguardiente, así que me fui a mi habitación y abrí el sobre. Dentro había un cheque por una cantidad bastante contundente, al menos considerando los ingresos que teníamos hasta el momento con mi madre-. -¿Dinero?... ¿no te ofreció nada más que eso?-. -El apellido, también-. -Pero...-. -Para mí el sólo hecho de haber conocido a mi padre era más que suficiente-.
Aimée guardó silencio, pensativa.
-Usé el dinero para pagarme los estudios en un colegio privado bastante económico, ayudaba con las cuentas de la casa y todos los meses ahorraba un porcentaje. Aunque mi madre me chantajeaba y presionaba para saber de dónde sacaba yo el dinero, nunca se lo dije. Años después, cuando yo tenía dieciséis discutimos porque a ella la habían echado del trabajo al llegar borracha. Además de insultarme y denigrarme como era costumbre, ella me sacó en cara el tema del dinero. Yo me enfurecí y salí a la calle, de mala manera. Ella salió a la ventana a gritarme cosas mientras yo me alejaba. Cuando había caminado varias cuadras me encontré con unos amigos que me invitaron a tomarme algo... -.
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Habían varios jóvenes sentados en la mesa de un pequeño restaurante. Reían, bromeaban y conversaban. Sin embargo, la alegría del grupo contrastaba con la expresión abrumada de uno de ellos. El mismo joven de apariencia sombría tomó uno de los vasos que se encontraban sobre la mesa y se bebió todo el contenido de un solo sorbo. Luego de esto golpeó la mesa con el vaso vacío, dejándolo en su lugar.
-¿Pasa algo, Lenoir?- dijo otro muchacho. -Nada... sólo que no tengo muchos ánimos-. -Vamos, Lenoir...- intervino otro- Esta vida es una sola y hay que gozarla en grande-. -Así es- añadió otro muchacho, un tanto achispado– Eres preocupante, Lenoir. Llevas semanas angustiado sin motivo aparente y no haces otra cosa más que lamentarte y quedarte pensando por los rincones. Arriba ese genio que así te estás matando sólo-. -Pues moriré ahogado en mi propia mierda- se levantó de la mesa y se dirigió a la puerta trasera del local. -¿Adónde vas?- preguntó uno de los sujetos que lo acompañaban. -A tomar aire- alcanzó a contestar antes de cerrar de un portazo. Todos los comensales del lugar quedaron en silencio, luego retomaron sus respectivas pláticas.
Afuera, el joven se sentó en un escalón que dividía el área entre el porche de la entrada trasera del restaurante y un patio sin cerco, que conectaba a la entrada principal si se rodeaba el local por completo hasta adelante. El poco pasto que había estaba marchito y hasta quemado en algunos sectores. Unos metros más allá estaba estacionada una camioneta vieja, grande, cargada con neumáticos. También había un par de bancas rotas, cuya pintura verde nilo estaba descascarándose dejando ver una superficie de madera muy oscura. Junto a las bancas había un gran árbol, quizá un álamo, que daba un poco de sombra al descuidado patio. El chico se puso de pie y caminó hasta la camioneta, apoyándose contra la carrocería. De su bolsillo extrajo una cajetilla negra, sacó un cigarrillo y lo encendió con un mechero. Había dado unas cuantas piteadas cuando sintió que alguien se acercaba.
-¿Pasa algo?- preguntó sin volver la cabeza. -Disculpa- dijo una voz de mujer- tus amigos ya pagaron su parte. Sólo quedas tú-.
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Tercera Parte UP! Disculpen la tardanza ^^U Este capítulo lo tenía escrito hace meses xDD pero los estudios consumen mi vida @___@
Mood: Relax. Listening: Nirvana - Come As You Are♪♫
Se rompió el silencio a las 7:30 p. m.
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La verdad no tengo nada interesante que escribir. No tengo tiempo para la inspiración ya que estoy tapada de pega, por lo que acostúmbrense a extrañar mis textos melancólicos, depresivos, trágicos y exageradamente descriptivos (en otras palabras, manifestaciones claras de mi lado emo xD) y lo más probable es que lo que abunde durante un período indeterminado en mi blog sean escritos cotidianos, pensamientos internos y delirios mentales, contenidos de mi propia vida que tal vez no quieran/no les interese saber xD! Quién sabe si de vez en cuando aparece algo más elaborado, pero serían casos aislados.
¿La razón? El IV° Medio y el Preu me consumen la vida y es muy complejo para mí mantener mi nivel de stress en un rango considerado normal. Hay que subir el promedio (según mis cálculos, necesito un 6.3 este año para obtener un promedio, a mi juicio, decente) y al mismo tiempo meterse en la cabeza toda la materia de cuatro años en un plazo de 9 meses, o al menos la mayor cantidad posible, así que no hay tiempo para las musas inspiradoras, las cuales tampoco han manifestado el más mínimo interés por acordarse de mí. Quiero poder llegar a diciembre tachando dos nuevos puntos de mis objetos de deseo en la columna de la derecha de mi blog *¬*
Diciembre... me pongo a pensar en diciembre y me da depresión. Aquel mes que siempre ha sido mi mes favorito (mi cumpleaños, fin de clases, se acaba todo) este año se viene cargadísimo, primero de entrada con la PSU, dos días en los cuales estaré yendo y viniendo para acalambrar mi mano rellenando círculos. Después volveré a casa dónde estará mi familia esperándome y preguntando "¿Y cómo te fue?"... plop!. Pues habrá que esperar a que me lleguen los puntajes, espera entre la cual está mi cumpleaños N°18, espléndido... será el mejor cumpleaños de toda mi vida.
Que mierda -____- dan ganas de volver a esa época en las que iba al colegio a armar bloques de legos, que medían casi lo mismo que yo. Juegos de hombre, decían mis compañeras, pero a mi me gustaban...
Mood: Lacia. Listening: Linkin Park - Given Up♪♫
Se rompió el silencio a las 3:44 p. m.
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Definitivamente hay tres cosas que debo hacer:
1. Terminar de una puta vez la historia apocalíptica y ponerle título. 2. Encontrar un modo efectivo de ahorrar. 3. Estudiar.
Eso. Nada más.
Mood: Random. Listening: Nothing~
Se rompió el silencio a las 4:27 p. m.
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I am the girl kicked out of her home because I confided in my mother that I am a lesbian. (Soy la chica a la que echaron de su casa porque le confesé a mi mamá que soy lesbiana).
I am the prostitute working the streets because nobody will hire a transsexual woman. (Soy la prostituta trabajando en las calles porque nadie contrataría a una mujer transexual).
I am the sister who holds her gay brother tight through the painful, tear-filled nights. (Soy la hermana que sostiene a su hermano gay en las dolorosas noches llenas de llanto).
We are the parents who buried our daughter long before her time. (Somos los padres que enterramos a nuestra hija mucho antes de su hora).
I am the man who died alone in the hospital because they would not let my partner of twenty-seven years into the room. (Soy el hombre que murió solo en el hospital porque no permitieron la entrada del hombre con el que compartí 27 años de mi vida).
I am the foster child who wakes up with nightmares of being taken away from the two fathers who are the only loving family I have ever had. I wish they could adopt me. (Soy el niño en custodia de extraños, que despierta con pesadillas, por haber sido alejado de mis dos papás, quienes son la única familia amorosa que he tenido... Desearía que pudieran adoptarme ellos).
I am one of the lucky ones, I guess. I survived the attack that left me in a coma for three weeks, and in another year I will probably be able to walk again. (Soy uno de los afortunados, creo. Sobreviví a un ataque que me dejó en coma tres semanas, y el otro año es probable que vuelva a caminar de nuevo).
I am not one of the lucky ones. I killed myself just weeks before graduating high school. It was simply too much to bear. (No soy uno de los afortunados. Me suicidé semanas antes de graduarme de preparatoria. Simplemente era demasiado que soportar).
We are the couple who had the realtor hang up on us when she found out we wanted to rent a one-bedroom for two men. (Somos la pareja a la que el casero colgó el teléfono, cuando se enteró que queríamos rentar el departamento de una sola habitación y que somos dos hombres).
I am the person who never knows which bathroom I should use if I want to avoid getting the management called on me. (Soy la persona que nunca sabe qué baño usar si quiero evitar que me llamen la atención desde la gerencia).
I am the mother who is not allowed to even visit the children I bore, nursed, and raised. The court says I am an unfit mother because I now live with another woman. (Soy la madre que no tiene permitido ver a los hijos que di a luz, amamanté y crié. La corte dice que no soy una madre competente porque ahora vivo con otra mujer).
I am the domestic-violence survivor who found the support system grow suddenly cold and distant when they found out my abusive partner is also a woman. (Soy una sobreviviente de violencia doméstica que descubrió que el sistema de apoyo se volvió repentinamente frío y distante cuando se enteraron que mi pareja es otra mujer).
I am the domestic-violence survivor who has no support system to turn to because I am male. (Soy el sobreviviente de violencia doméstica que no tiene sistema de apoyo a cual acudir porque soy un hombre).
I am the father who has never hugged his son because I grew up afraid to show affection to other men. (Soy el padre que jamás ha abrazado a su hijo porque crecí temeroso de mostrar afecto a otros hombres).
I am the home-economics teacher who always wanted to teach gym until someone told me that only lesbians do that. (Soy la maestra de economía para el hogar que siempre quiso enseñar gimnasia hasta que alguien me dijo que sólo las lesbianas hacen eso).
I am the woman who died when the EMTs stopped treating me as soon as they realized I was transsexual. (Soy la mujer que murió cuando el equipo de primeros auxilios se dio cuenta de que era transexual).
I am the person who feels guilty because I think I could be a much better person if I didn't have to always deal with society hating me. (Soy la persona que se siente culpable porque pienso que podría ser mejor persona si no tuviera que lidiar siempre con el odio de la sociedad).
I am the man who stopped attending church, not because I don't believe, but because they closed their doors to my kind. (Soy el hombre que dejó de ir a la iglesia, no porque no creyera, sino porque cerró las puertas a otros como yo).
I am the person who has to hide what this world needs most, love. (Soy la persona que tiene que ocultar lo que el mundo más necesita, amor).
I am the person who is afraid of telling his loving parents he loves another male. (Soy la persona que está asustada de decir a sus amorosos padres que ama a otro hombre).
Repost this if you realize homophobia is wrong. Repostealo si crees que la homofobia es un error.
Se rompió el silencio a las 7:54 p. m.
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-¡Philippe, espera!- exclamó Aimée, algo agitada. -¿Qué pasa?- susurró su compañero.
Hubo un silencio. Ambos jóvenes se miraron a los ojos.
-¿Cuánto tiempo nos queda?-.
Philippe ladeó la cabeza, molesto. Se separaron, el muchacho encendió un cigarro mientras Aimée quedó acostada boca arriba, mirando fijamente las figuras que formaba la luz que entraba a través de la cortina en el techo.
Veinte horas y quince minutos...
-¿Tanto te importa, Aimée?-. -Por supuesto. Si voy a morir quiero pasar el tiempo que me queda haciendo algo más productivo que esto-.
Philippe aspiró por largo tiempo el cigarro y se tomó su buen tanto para botar el humo. Suspiró.
-¿Cómo qué, por ejemplo?-.
Aimée se acercó a él, tomó el cigarro que Philippe fumaba y se lo llevó a la boca. Aspiró y botó el humo un par de veces en silencio. El joven la miraba sin hablar. Poco a poco una nube grisácea fue impregnando la habitación. Cuando el cigarrillo iba a consumirse completamente, Aimée lo llevó hasta la mesa de noche y lo aplastó contra la madera.
-Si a fumar te referías, entre nicotina y oxitocina no hay por donde perderse, que quieres que te diga-. -¿Nunca has visto películas?, faltaba un cigarrillo para el después- soltó una risita traviesa -Quien sabe si puede ser el último-. -El último, y tú me lo quitas- Philippe hizo una mueca de disgusto. -Hay más sobre la mesa de la televisión. Si no me equivoco queda la mitad-.
Philippe se levantó de la cama y se puso un par de shorts que habían quedado abandonados en el suelo, camino hasta la mesa de la TV y sacó del lado una cajetilla. Cuando la abrió se percató que adentro no quedaba más que un cigarrillo. Prefirió guardar silencio y dejó la cajetilla en su lugar. Se acercó a la ventana y abrió las cortinas para dejar salir la cargada atmósfera de tabaco que habían dejado, dejando entrar también la poca luz que quedaba de aquel día que terminaba. El cielo presentaba un color anaranjado, salpicado de nubes rojizas. Philippe se quedó de pie junto a la ventana, apoyándose en el marco, contemplando el atardecer. Aimée se acurrucaba entre las sábanas de aquella desordenada cama de dos plazas, abrazando la almohada, y miraba el paisaje a lo lejos.
-Hermoso atardecer ¿no?-. -Bellísimo. Lástima que queden pocos atardeceres para la humanidad-. -Podría ser el último atardecer. Y el definitivo-.
La muchacha se levantó, cubriéndose el cuerpo con una sábana que quitó de la cama. Se dirigió hacia la ventana y se ubicó junto a Philippe. Ambos miraban el cielo en silencio.
-Yo siempre quise morir en mi cama, con varios años encima, mientras dormía una siesta después de una comida-. -Yo siempre creí que iba a morir sola, en la cama de algún hospital-.
Aimée suspiró con pesar. Luego hubo una larga pausa.
-Para mí, eso de la muerte tranquila no existe-. -Aimée...-.
La joven bajó la vista.
******** -¡Basta!... ¡Esto ha sido demasiado!-.
Los gritos de una mujer acompañados de sus pasos cortos y rápidos contra el suelo agitaban el corazón de una pequeña, que observaba la situación desde el comedor. Estaba sentada en silencio, tratando de concentrar la atención en su plato de sopa de letras. Escribía una y mil veces su nombre en el plato, además de los nombres de sus padres, amigos y otras palabras incoherentes. A la voz de su madre se sumaba una voz grave, masculina, además de los golpes que éste daba a la puerta, la pared, entre otros objetos.
-¡Estoy cansada de que me trates como si fuera de tu propiedad!... ¿tú crees que yo no tengo sentimientos?-. -¿De que sentimientos me hablas?... cuando eres incapaz de mostrarme alguna actitud de aprecio, después de todo lo que he hecho por ti-. -Si, claro...- contestó su esposa, sarcástica – No sabes cuanto te agradezco que me hayas engañado con otra mujer. Pero se acabó. No seguiré soportándolo más. Vete a vivir con esa puta, o búscate otra si quieres. Dos, tres, cuatro, mil quinientas... no me importa. Pero no me pidas nada más a mi, porque me cansé de tener que tragarme la rabia que siento cada vez que me humillas, cada vez que me tratas como servidumbre y cada vez que tienes un problema y llegas a descargarte con tu familia... ¡Se acabó!-.
Su marido la tomó por las muñecas con violencia, forzándola a mirarlo a los ojos.
-¡A ver, Juliette... basta!. No puedes llegar y echarme a la calle porque esta casa es mía, porque esta es mi familia y porque tú eres mi mujer-.
Dicho esto soltó las muñecas de su esposa y la golpeó en el rostro. La mujer cayó sobre una cama. La niña que estaba en el comedor se tomó la cabeza con las manos cubriendo sus oídos, tratando de escapar del ruido infernal de aquella violenta discusión que, pese a estar acostumbrada a oir, esta vez se había prolongado e intensificado más de lo normal.
-Basta... basta por favor...- murmuró para si misma.
Gritos, golpes y un disparo. Silencio.
-¿Mamá, papá?-.
La pequeña se levantó de su silla, aterrorizada. Caminó lentamente hasta la habitación de sus padres. Se asomó por el umbral de la puerta casi sin respirar. En la gran casa de dos plazas, además de ropa tirada, cojines y objetos de todo tipo, yacía su madre acostada boca arriba. Tenía el pecho perforado por un impacto de bala, las ropas enrojecidas por su propia sangre, manchando el cobertor. Sus ojos abiertos como platos, eternamente fijos y la boca entreabierta, como si hubiese tenido algo que decir antes de morir. Sus mejillas seguían húmedas, llenas de magulladuras. Sentado junto a ella estaba su padre, mirando fijamente al suelo. Tenía la camisa salpicada con sangre y en las manos sujetaba una pistola calibre 45. La niña se conmocionó, de sus ojos escaparon lágrimas.
-¡Mamá!-.
Su padre levantó la cabeza y la miró fijamente. La pequeña se llevó las manos a la boca y lo miró a los ojos, presa del miedo.
-Aimée... lo siento...-.
El hombre se llevó la pistola a la cabeza, presionando el cañón contra su sien derecha, y apretó el gatillo. La pequeña Aimée se quedó muda, asustada, conmocionada y sola.
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Philippe observó en silencio a su compañera. Aimée dejó escapar un suspiro antes de llevarse una mano a la cabeza.
-Mi madre me contaba cuando yo era niña... que ella quería morir en su cama, rodeada de hijos y nietos, en paz. Mi padre no se lo permitió-. -Lo siento, Aimée-. -Después de la muerte de mis padres estuve seis meses en el hospital... amarrada en una cama, llamando a mis padres, murmurando tonterías, gritaba por las noches. Cada vez que sentía un ruido demasiado fuerte, entraba en pánico... lloraba. Llegaban enfermeras de todos lados a tratar de controlarme. Terminaban por inyectarme algún sedante, así lograban tranquilizarme. Muchas veces pensé que moriría allí encerrada. Deseaba que algún día los doctores se equivocaran, que me inyectaran más sedante del necesario, así podría descansar-.
Ambos jóvenes se quedaron en silencio. Philippe la abrazó con fuerza y le besó la frente. Luego se marchó por unos segundos, regresando con un vaso de agua, el cual ofreció a su compañera. Aimée tomó un sorbo, luego prosiguió.
-Estuve a punto de volverme loca. Luego de un tiempo en el hospital logré aceptar el hecho de que era huérfana, que mis padres habían muerto de aquella forma, y salí de allí. Me llevaron con mis tías, quienes trataron de darme la mejor vida posible, me entregaron su cariño y su comprensión. Luego comenzaron a nacer mis primos, yo tenía alrededor de 11 años...-.
Aimée sollozó, dejando salir unas pocas lágrimas. Philippe la rodeó con un brazo y le acarició una mano. La joven tomó un largo trago de su vaso de agua.
-El solo hecho de ver a mis primos tan felices con sus familias me partía el alma. Me llené de pena y de rabia. Pero mis primos no tenían ninguna culpa, tampoco mis tías, que me lo habían dado todo para tratar que yo fuera feliz, así que decidí partir y dejar de ser una molestia para ellos. A los dieciséis años dejé la casa y comencé a trabajar en un restaurante-.
Aimée tomó agua otra vez hasta terminar el vaso, que dejó en el suelo.
-Y ahí fue cuando te conocí- agregó Philippe, abrazándola.
La joven enmudeció, lo abrazó y le besó una mejilla.
Veinte horas y cincuenta y dos minutos.
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La segunda parte UP! xD
Mood: Somnolienta =___= Listening: Paramore - Misery Business
Se rompió el silencio a las 1:02 a. m.
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